Los Uskos

Esto es solo una idea, me ha venido a la cabeza por el post de hacer una nueva hornada de pjs. Aun tengo mucho mono con mi pj principal, y hasta que no sea 70 no creo que me ponga con otro, pero de todas formas si no escribo esto ya, se me va a olvidar. Creo que no hay nada tan humillante como que una cosa que no te llega ni a la rodilla te pegue una paliza de aquí te espero (un Tauren tumbado por un gnomo!), por ello mi voto es para los gnomos, incluso se me a ocurrido un pequeño trasfondo para ellos, hay va:


“Lordaeron es una tierra atroz de guerras terribles y crueles, pero en los últimos tiempos, no hay raza que haya sufrido de forma más cruel que los Gnomos. Su principal ciudad Gnomeregan sucumbió a la traición y la locura, y su pueblo se vio obligado a huir dejándolo todo atrás. Familias enteras quedaron quebradas y desechas, y su Rey se vio obligado al exilio. Pero en lo profundo de la ruinosa ciudad, un pequeño grupo de gnomos consiguió sobrevivir, incomprensiblemente, a la corrupción y la enfermedad. El clan Usko.

Los Uskos consiguieron ocultarse en profundos túneles y madrigueras, sobrevivir a base de cucarachas rustidas, y huesecillos de rata. Se vieron obligados a vivir en un infierno. Prisioneros en lo que antaño fue su hogar. La gran cantidad de monstruos y peligros, unido al ruinosos estado de la ciudad, les complicaron mucho el llegar a la superficie, durante décadas intentaron encontrar el modo de salir de lo más profundo de la capital gnoma. Se convirtieron en expertos maestros del sigilo, indispensable para subsistir en aquel infierno. Unidos por el liderazgo del mayor y más listo de todos ellos, Masko, era respetado y querido por los Uskos, y fue su fuerza y valor lo que impidió que acabasen presa de la corrupción. La falta de sol y la exposición a las ponzoñosas energías del núcleo de Gnomeregan acabaron convirtiendo a los gnomos en pálidos seres, de cabello blanco y lacio, con pieles finas como el papel. El tiempo se había convertido en una agónica rutina de supervivencia.

Finalmente un día Masko reunió a algunos de sus hermanos y primos, Chusko, Frasko, Misko, Chasko, Lhaska, y muchos otros para darles la mejor noticia que cabía esperar. Por fin los túneles y excavaciones había llevado a las cámaras superiores, desde las que salir al exterior era factible. La alegría recorrió a los gnomos ansiosos, algunos ni siquiera sabían lo que era el sol del que hablaban los más mayores. El Clan de los Usko se preparo para el éxodo. Pero el viaje no estuvo exento de peligro, y muchos murieron. Finalmente los pequeños gnomos que tanto habían sufrido vieron luz al final del túnel. Pero el destino, o el azar no quisieron entregar a los supervivientes aquel premio sin un último sacrificio. Por la entrada de Gnomeregan, bajaba un grupo de orcos, trolls, muertos y taurens. Muchos de los gnomos nunca habían visto a estos extraños seres, y no pensaron que fuesen hostiles, hasta que comenzaron a matarlos sin compasión. Masko que era el más fuerte valiente y astuto, grito a los suyos que huyesen y se salvasen que él daría cuenta de aquellos monstruos. Con lágrimas en el rostro, y el corazón en la mano, los agotados Uskos huyeron en desbandada dejando atrás a su amado hermano. Los gritos de Masko resuenan aun hoy en la mente de estos Gnomos, el odio los embarga, y en la tumba de su hermano mayor, inscribieron su juramento con sangre de orco:

"La crueldad y la maldad no volverán a herir a ningún ser, mientras en nuestros pulmones tengamos aliento, y sangre en los corazones. Combatiremos a la horda haya donde se haye y more, sin descanso hasta el ultimo de nosotros. Que tiemblen los que siguen su estandarte pues mientras un Usko pise Azeroth su sombra será su muerte.”

Nermoray.